Especie perenne muy banal, que puede elevarse algunos metros gracias a sus tallos trepadores provistos de zarcillos, que se enrollan en espiral en torno a las ramas de otros vegetales. Flores blanco-verdosas y pentámeras unisexuadas en cada pie de planta. Las masculinas más grandes y con 5 estambres, las femeninas más pequeñas, tras la fecundación se forman bayas globosas de color rojo. Las hojas, escotadas en la base presentan tres a cinco lóbulos. Crece no muy abundante en cunetas, bordes de los caminos y linderos de bosques de los dos pisos inferiores de la cadena.
Las bayas y su raíz tuberosa son bastante tóxicas.
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